Illustration of different people scheduling time together, one is in a wheelchair.

El tiempo está de tu parte

Organizar tu Día de la Independencia

Hoy en día, muchos de nosotros sentimos que hay demasiado que hacer y poco tiempo para hacerlo. Todo el mundo lucha de vez en cuando con la gestión de su tiempo. Cuando la gente llega tarde a las citas o cumple los plazos, a veces puede ser algo incontrolable; por ejemplo, puede que haya mucho tráfico o que una enfermedad sea inevitable. Pero a veces se debe a que esa persona no planificó su tiempo lo mejor que pudo.

La gestión del tiempo no tiene por qué significar hacer más, más rápido. Significa conseguir hacer más cosas importantes en un día. Se trata de utilizar tu tiempo de forma eficiente.

La gestión del tiempo es especialmente importante para las personas con discapacidad, y es esencial para vivir de forma independiente. A menudo, las personas con discapacidad tardan más en completar las tareas. Los distintos tipos de discapacidad pueden afectar a la gestión del tiempo de formas diferentes. Por ejemplo, una persona con discapacidad física puede necesitar más tiempo para completar tareas, utilizar equipos accesibles o adaptarse a entornos variados. Mientras tanto, una persona con una discapacidad cognitiva puede tener dificultades para planificar, organizarse o seguir instrucciones. Entender cómo afecta tu discapacidad a tu tiempo es importante.

Aquí tienes algunos consejos para gestionar tu tiempo con eficacia:

Determina tus objetivos o las tareas que quieres realizar

No sólo debes saber lo que quieres o necesitas conseguir, sino también si hay tiempos asociados a ello. ¿Hay alguna cita a la que debas acudir con una hora fija?

Planifica tu día en orden inverso

Una vez que sepas lo que quieres conseguir, trabajarás los pasos para completar la tarea en orden inverso para planificar tu día. Por ejemplo, supongamos que quieres preparar una comida para servirla a las 18.00 h. Piensa en los pasos que hay que dar y cuánto tiempo te llevará cada uno. Muchas recetas incluso indican el tiempo activo, o práctico, además del tiempo de cocción, lo que puede ser útil para planificar.

Una vez que conozcas la hora de tu objetivo, piensa en los pasos que hay que dar para conseguirlo y cuánto tiempo puede llevar cada paso. A continuación, trabaja hacia atrás para crear tu horario. Por ejemplo, si tienes una cita con el médico por la tarde, tus pasos, en orden inverso empezando por la cita con el médico, podrían ser así:

  • Desplazamiento a la consulta del médico 30 minutos
  • Ducharse, vestirse, higiene personal: 90 minutos
  • Desayunar: 30 minutos
  • Preparación del desayuno: 30 minutos
  • Ejercicio: 60 minutos
  • Dar de comer al perro: 15 minutos
  • Cepillarse los dientes: 5 minutos
  • Despierta

Si atrasas tu día, empezando a la hora de la cita, eso te dirá cuándo debes empezar con la lista.

Planifica las interrupciones y sé realista

Piensa en las cosas que podrían interferir en tu horario. Por ejemplo, ¿y si hay tráfico en la carretera y tardas más en llegar a tu cita? ¿O si tu energía es escasa y tardas un poco más en realizar algunos pasos? Puede ser una buena idea prever un poco más de tiempo para darte un margen que te evite llegar tarde a cosas que tienen horas fijas.

Otra cosa que hay que recordar es que es fácil entusiasmarse o ser demasiado optimista sobre lo que podemos conseguir en un día. Cuando empieces a pensar en cada paso y en cuánto tiempo te llevará en realidad, puede que te des cuenta de que no hay tiempo suficiente para hacerlo todo, o de que algunos pasos llevan más tiempo del que pensabas al principio. ¡No pasa nada! Es una oportunidad para aprender y hacer cambios la próxima vez.

Prioriza tus actividades

Ahora mira tu agenda. ¿Te parece que puedes realizar todo lo que quieres? Si no es así, es hora de decidir cuáles son las tareas más importantes o de priorizar las actividades. Pregúntate: “¿Qué es lo más importante de mi agenda? ¿Qué tiene que ocurrir hoy?”. Ordena las actividades del día de más a menos importantes.

Tal vez haya cosas en tu agenda que estaría bien hacer, pero no necesariamente tienen que hacerse hoy. Quizá haya otros días en los que puedas hacerlas.

También puedes pensar en formas de reducir el tiempo que te llevará algo. Por ejemplo, ¿qué tal si piensas en un desayuno que sea más rápido de hacer o que no haya que cocinar? ¿Quizá puedas comer un bol de cereales en su lugar? Tal vez puedas cortar algo de fruta la noche anterior, para que esté lista para comer a la mañana siguiente. ¿Quizá puedas pasar el ejercicio a después de la cita, para no tener prisa?

Puede que tengas que levantarte antes para adaptarte a tu horario. Si para ti es prioritario que hagas ejercicio por la mañana, quizá puedas despertarte una hora antes de lo habitual para asegurarte de que tienes tiempo para ello.

Busca atajos

Gracias a muchas comodidades modernas, puede haber formas de acortar el tiempo que llevan ciertas tareas. Por ejemplo, si quieres hacer una receta para cenar, tal vez puedas utilizar una verdura enlatada o congelada que ya esté cortada, una masa de hojaldre precocinada, una salsa precocinada o una mezcla de caja.

Si necesitas ahorrar tiempo por la mañana, piensa en atajos como ducharte la noche anterior, recogerte el pelo en una coleta o bajo un gorro, elegir tu ropa la noche anterior y tenderla, etc.

Haz primero lo más difícil

Es normal aplazar las tareas que parecen difíciles o estresantes. Pero esto puede provocar ansiedad, que causa fatiga mental. Intenta hacer la tarea más difícil primero, cuando tengas más energía. Tachar lo más difícil de tu lista puede darte una sensación de alivio y confianza, de modo que tengas energía para lo que queda.

Utiliza herramientas de planificación y gestión del tiempo

Existen muchas herramientas para ayudarte a planificar y gestionar tu horario. Entre ellas están los calendarios y planificadores de papel; los calendarios electrónicos para tu teléfono, tableta u ordenador; las aplicaciones para smartphone (ver Recursos más abajo); los temporizadores; y los dispositivos domésticos inteligentes activados por voz, como el Amazon Echo. Algunas personas prefieren anotar las cosas, mientras que otras prefieren los dispositivos electrónicos. Utiliza las herramientas que mejor se adapten a ti.

Recuerda que puede haber adaptaciones disponibles para ayudarte con tu discapacidad. Por ejemplo, se te puede conceder más tiempo para hacer los exámenes, y puede haber formatos alternativos de entrega de ciertos materiales que te ayuden a asimilar esa información más rápidamente.

Utilizar calendarios y otras herramientas de planificación proporciona estructura, lo que puede ayudar a crear hábitos saludables y liberar tiempo y energía mental. También puede ser muy satisfactorio ir tachando cosas del calendario o de la lista de tareas a medida que las vas completando.

Cuídate

Tómate momentos a lo largo del día para controlarte a ti mismo y a tu horario. Si te sientes cansado y abrumado, puede que tengas que replantearte tu horario. ¿Quizás haya algo que puedas trasladar a otro día? Cuando te sientes estresado, no puedes dar lo mejor de ti mismo. A veces, gestionar bien tu tiempo significa hacer menos para poder hacerlo bien y disfrutar.

¡No pasa nada por decir que no! Evita comprometerte en exceso, y comprueba tu agenda antes de comprometerte con algo nuevo. No dejes que otros controlen tu agenda o te desvíen de ella.

Recuerda el autocuidado. Esto puede significar reservar tiempo para relajarte, hacer actividades que te gusten, pasar tiempo con tus seres queridos y ser amable contigo mismo. ¡Esto es lo que significa el equilibrio entre trabajo y vida privada! Dedica tiempo a las cosas y a las personas que te hacen feliz.

Reflexiona sobre lo que ha ido bien y lo que no

Al final del día, piensa en los éxitos o en los aspectos que podrías mejorar. Si has conseguido todo lo que te habías propuesto, pregúntate qué ha ido bien. ¿Hay alguna acción que podrías repetir? ¿Qué te ayudó a mantener la concentración? Si no salió bien, ¿por qué crees que fue? ¿Hay algo que podrías mejorar la próxima vez?

Intenta dedicar tiempo al final de la jornada para planificar el día siguiente, y piensa si hay formas de utilizar tu tiempo de forma más eficaz.

¡Tu turno!

Descarga e imprime esta práctica agenda diaria.