Conducir en condiciones invernales requiere mayor precaución y preparación. La nieve, el hielo y las temperaturas bajo cero pueden hacer que las carreteras sean peligrosas, pero con el enfoque adecuado, puedes mantenerte seguro al volante.
He aquí cómo:
Prepara tu vehículo para el invierno
- Neumáticos de invierno: Utiliza neumáticos de invierno o para todas las estaciones con buen dibujo. Asegúrate de que están bien inflados, ya que el frío puede reducir la presión de los neumáticos.
- Comprueba los líquidos: Mantén llenos el anticongelante, el líquido limpiaparabrisas y el aceite. Utiliza un líquido limpiaparabrisas de calidad invernal para evitar la congelación.
- Comprobación de la batería: Asegúrate de que la batería está totalmente cargada, ya que el frío puede debilitarla.
Prepara un kit de emergencia
Guarda en tu vehículo un kit de emergencia para el invierno con:
- Mantas y ropa de abrigo
- Aperitivos no perecederos y agua
- Linterna con pilas de repuesto
- Rascador de hielo, pala y arena o arena para gatos para tracción
- Botiquín de primeros auxilios y medicamentos necesarios
- Cargador de teléfono portátil
Conduce con precaución y mantén el control
- Reduce la velocidad: Reduce la velocidad y aumenta la distancia de seguimiento. En carreteras heladas, la distancia de frenado puede ser 10 veces mayor que en pavimento seco.
- Evita los movimientos bruscos: Acelera, frena y gira suavemente para evitar derrapar.
- Saber manejar los derrapes: Si tu vehículo empieza a derrapar, gira el volante en la dirección que quieras que vayan las ruedas delanteras. Evita pisar a fondo el freno.
Planificar con antelación
- Comprueba el tiempo: Antes de salir, comprueba la previsión y el estado de las carreteras. Evita viajes innecesarios con mal tiempo.
- Mantén el depósito lleno: Un depósito lleno ayuda a evitar que se congele el conducto de combustible y garantiza que tengas gasolina suficiente si te quedas atascado.
- Comparte tus planes: Informa a alguien de tu ruta y hora estimada de llegada en caso de emergencia.
Mantente visible
- Limpia la nieve y el hielo: Retira toda la nieve y el hielo de tu vehículo, incluidos el techo, las ventanillas, los retrovisores y las luces, para tener una visibilidad total.
- Utiliza los faros: Enciende los faros para aumentar la visibilidad, incluso durante el día.
Si te quedas atascado
- Quédate en tu vehículo: Proporciona refugio y es más fácil de localizar para los rescatadores.
- Pon en marcha el motor con moderación: Ponlo en marcha unos 10 minutos cada hora para mantenerlo caliente, asegurándote de que el tubo de escape está limpio de nieve.
- Haz señales para pedir ayuda: Utiliza las luces de emergencia y ata una tela brillante a la antena o a la manilla de la puerta.
Conducir en invierno puede ser un reto, pero con la preparación adecuada y una conducción prudente, puedes reducir los riesgos y garantizar un viaje seguro. Recuerda, siempre es mejor llegar tarde que no llegar: la seguridad es lo primero. ¡Mantente seguro en la carretera!
Para más información, consulta recursos como la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carretera (NHTSA) o Consejos de conducción en invierno de la AAA.
